Emprender y gestionar un negocio en solitario, en España, implica casi siempre optar por una de dos posibilidades: ser autónomo o SLU; ¿qué implica cada una de estas formas jurídicas? Y, más importante aún: ¿qué es lo más conveniente para tu negocio?
En marzo de 2025 había más de 3,4 millones de autónomos en España, de los cuales más de 700.000 pertenecían al sector comercial. El paso de autónomo a SLU o a SRL suele ser inevitable a medida que los negocios demandan una estructura que soporte su crecimiento; lo difícil (lo crucial) es saber ver cuándo es hora de dar el paso.
Apréndelo todo sobre las ventajas de ser autónomo o SLU, cuáles son sus diferencias clave y cómo puedes saber que ha llegado el momento de pasar de ser un profesional autónomo al dueño de una empresa unipersonal.
¿Qué es un autónomo?
Un autónomo es una persona física que realiza de forma habitual una actividad económica por la cual recibe una remuneración, sin estar vinculado ni a un empleador ni a una empresa en particular.
Es un trabajador por cuenta propia, es decir, que no trabaja en relación de dependencia y, como tal, no cobra un salario fijo, sino que sus ingresos están determinados por su facturación; es decir, por el rendimiento de su actividad.
Para ser autónomo en España, basta con ser mayor de 18 años y darte de alta en la Agencia Tributaria, a través del modelo 036 de declaración censal, así como en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social.
Ventajas de ser autónomo
Estas son las principales ventajas que acarrea ser autónomo en España:
- No hay requisitos de capital inicial.
- Darte de alta es muy sencillo y expeditivo.
- Cuentas con ayudas y subvenciones, en especial al comienzo de tu actividad.
- Tienes mucha flexibilidad en la gestión de tu negocio.
¿Qué es una Sociedad Limitada Unipersonal (SLU)?
Una Sociedad Limitada Unipersonal o SLU es un tipo de sociedad mercantil constituida por una única persona; en otras palabras, se trata de una SRL en donde tú eres el dueño del total de las participaciones de la empresa.
Esto no significa que no puedas contratar empleados. Una SLU tiene la misma capacidad de incorporar una plantilla de trabajadores asalariados que cualquier SRL. La gran diferencia entre una SLU y una SRL estriba en que la Junta Directiva de la SLU está conformada por una única persona.
Ventajas de ser una SLU
Estas son las principales ventajas que acarrea constituir una Sociedad Limitada Unipersonal en España:
- Tu patrimonio personal está protegido, ya que las obligaciones, deudas y responsabilidades de la SLU se exigen contra el capital social de la empresa.
- Puede ser más conveniente a nivel impositivo, según la renta anual de la SLU.
- Está mejor predispuesta y preparada para afrontar un crecimiento acelerado y buscar financiación.
- Cuenta con más opciones de ayudas y subvenciones a mediano y largo plazo.
Autónomo vs SLU: principales diferencias
- Responsabilidad
- Impuestos
- Proceso de constitución
- Coste de constitución
- Financiación, ayudas y subvenciones
- Credibilidad
- Contabilidad
Si bien en ambos casos se trata de negocios gestionados por una única persona, son dos formas jurídicas muy diferentes. Echa un vistazo las principales diferencias entre ambas:
Diferencia | Autónomo | SLU |
---|---|---|
Responsabilidad | Ilimitada | Limitada |
Impuestos | IRPF | IS |
Proceso de constitución | Simple y expeditivo | Complejo |
Coste de constitución | 0 – 100 € | +700 € |
Financiación | Ventajas iniciales y subvenciones | Acceso a préstamos, ayudas, subvenciones, líneas de crédito e inversiones de capital |
Credibilidad | Baja | Alta |
Contabilidad | Sencilla | Ajustada al Plan General de Contabilidad |
Responsabilidad
Una de las grandes diferencias entre ser autónomo y SLU radica en la responsabilidad: los autónomos tienen responsabilidad ilimitada, mientras que las SLU tienen (como su nombre lo indica) responsabilidad limitada.
¿Qué significa esto? La responsabilidad ilimitada supone que las deudas y obligaciones se exigen contra el capital y el patrimonio particular del autónomo; en el caso de una SLU, por el contrario, la responsabilidad se exige contra el capital social de la empresa, no contra el particular de su dueño.
Así, constituir una SLU te permite proteger tu patrimonio personal del desempeño de tu negocio. Si trabajas en un sector especialmente impredecible o con un alto nivel de riesgo, este puede ser un factor clave.
Impuestos
Otra gran diferencia entre ser autónomo y SLU reside en los impuestos. Los autónomos tributan por el Impuesto sobre la renta de las personas físicas o IRPF, mientras que las SLU tributan por el Impuesto sobre Sociedades o IS. Para comprender cuál es más conveniente, es necesario entender cómo funcionan:
- IRPF: se aplica por tramos de ganancias anuales que la Agencia Tributaria define en cada nuevo período fiscal. Para 2025, los tramos de IRPF van del 19 al 47 %.
- IS: se aplica un porcentaje fijo, definido por la Agencia Tributaria cada nuevo período fiscal, sobre las ganancias anuales de la sociedad. En 2025, el IS de tipo general es del 25 %, pero el tipo reducido aplicable a las micropymes (con una facturación anual inferior al millón de euros) es del 21 % sobre los primeros 50.000 € y del 22 % sobre el resto de los ingresos facturados en el período.
En definitiva, la conveniencia de tributar por el IRPF o por el IS depende de las ganancias anuales que perciba tu negocio. Ten en cuenta que ganancias no es lo mismo que facturación, ya que en el cálculo de las ganancias se consideran los costes asumidos y gastos de negocio.
Considerando los tramos y tipos definidos por la Agencia Tributaria para ambos impuestos en 2025, si tu renta anual supera los 40.000 € pagarás menos en concepto de IS que de IRPF; es decir, que te convendrá ser una SLU en lugar de autónomo.
Proceso de constitución
Para ser autónomo basta con darte de alta en el RETA y en la Agencia Tributaria; constituir una SLU, en cambio, implica el mismo procedimiento que constituir una SRL: inscripción en el Registro Mercantil Central, redacción y firma ante notario de la escritura de constitución, apertura de una cuenta bancaria de empresa, etc.
La complejidad burocrática de constituir una SLU repercute en gran medida tanto en los tiempos como en los costes; demora y cuesta considerablemente más que darte de alta como autónomo.
Coste de constitución
Asumiendo que te encargas tú mismo de darte de alta en el RETA y en la Agencia Tributaria, ambos trámites gratuitos, hacerte autónomo en España no acarrea ningún coste ni exige un capital inicial mínimo; si contratas un gestor para que se encargue de estos trámites, el coste varía por lo general entre 80 y 100 €.
Para constituir una SLU, en cambio, debes pagar a un notario para firmar la escritura pública, además de la inscripción de la sociedad en el Registro Mercantil Central y la publicación en su boletín oficial (BORME).
Esto, sumado a algunos gastos más pequeños como el certificado negativo de denominación social (unos 17 €) y la configuración de la firma digital (unos 24 €), implica un coste que varía entre 300 y 700 € aproximadamente, dependiendo en gran medida del lugar donde te encuentres y la complejidad de los estatutos en la escritura pública.
Sin embargo, el coste puede ser aún mayor si consideras también los honorarios del servicio de gestoría que muy probablemente necesites, en especial para la redacción de la escritura pública y la presentación de todos los modelos necesarios.
Por último, las SLU tienen el mismo requisito de inversión de 3.000 € de capital social inicial para su constitución. Si bien gracias a la Ley Crea y Crece este importe se redujo a tan solo 1 €, acogerte a esta ventaja implica que el 20 % de los ingresos de tu sociedad deberán destinarse a su reserva de capital social hasta alcanzar el mínimo de 3.000 €.
Financiación, ayudas y subvenciones
El acceso a la financiación empresarial, las ayudas y las subvenciones es muy distinto dependiendo de si eres autónomo o SLU.
Dependiendo de algunas condiciones (como el lugar de residencia), los autónomos cuentan con algunas ventajas al comienzo de su actividad, como una reducción en la cuota de la Seguridad Social y algunas reducciones o exenciones impositivas, en particular respecto al IVA de sus facturas y al importe a pagar en concepto de IRPF.
Tanto a nivel estatal como autonómico suelen salir subvenciones y ayudas para autónomos que se publican cada año fiscal; sin embargo, estas tienen requisitos muy específicos, como mantener un nivel muy bajo de facturación o cursar los primeros años como autónomo.
Dicho esto, acceder a líneas de crédito, préstamos bancarios y ayudas empresariales siendo autónomo es mucho más difícil que si estás constituido como una sociedad mercantil.
Las Sociedades Limitadas Unipersonales tienen acceso a un abanico mucho más amplio de ayudas, como las líneas de financiación ICO, los fondos del programa Next Generation EU, los préstamos ofrecidos por el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación), etc.
Además, las SLU lo tienen mucho más fácil para conseguir préstamos y líneas de crédito de bancos privados; esto sucede así porque los bancos confían más en las empresas constituidas que en los autónomos y, como es lógico, ofrecen más productos de financiación y mejores condiciones a las SLU que a los autónomos.
Algo similar sucede con los inversores particulares: buscar inversores siendo autónomo es impracticable, ya que no hay diferencia entre el capital de tu negocio y el tuyo propio. Los inversores siempre van a preferir invertir en sociedades mercantiles, como una SLU, antes que en un autónomo.
Sigue leyendo: Cómo encontrar inversores: consejos para emprendedores.
Credibilidad
Aunque ambas formas jurídicas implican la gestión de un negocio dirigido por una única persona, la estructura de las sociedades mercantiles suele transmitir una mayor credibilidad, en especial de cara a clientes más grandes, pero también al mercado en general.
Una SLU tiene una estructura administrativa definida en sus estatutos, está inscripta en el Registro Mercantil y está sujeta a una serie de leyes y ordenamientos que rigen a las sociedades mercantiles; todo lo cual suma a su reputación y la seguridad que transmite a sus clientes.
En definitiva, construir una marca personal como autónomo puede ser mucho más difícil que hacerlo como una empresa constituida, y esto puede impactar en el desempeño de tu negocio, tanto positiva como negativamente, según el caso.
Contabilidad
La contabilidad de un autónomo es muy simple, en especial porque no está obligado a utilizar ningún sistema específico: mientras emita sus facturas de acuerdo a la legislación vigente, se mantenga al día en los pagos mensuales a la Seguridad Social y presente su declaración de la renta en tiempo y forma, no tendrá ningún inconveniente.
Las SLU, en cambio, deben adaptarse al Plan General de Contabilidad, una serie de instrucciones y directrices relativos a la contabilidad de las sociedades mercantiles que prácticamente todas las empresas en España deben seguir.
Cómo pasar de ser autónomo a SLU
En general, más allá de las particularidades de algunos casos puntuales, lo recomendable es comenzar tu negocio como autónomo. El proceso, tanto de alta como de baja, es mucho más sencillo, implica una inversión inicial mucho menor y durante los primeros años cuentas con varias ventajas fiscales que puedes aprovechar.
Sin embargo, a medida que tu negocio crezca, es normal que llegue el momento en el que decidas dar el paso hacia una sociedad. Si vas a formar tu empresa junto a uno o más socios, es muy probable que constituyas una SRL; si lo harás en solitario, lo más común es montar una Sociedad Limitada Unipersonal.
Pasar de autónomo a SLU conlleva los mismos pasos necesarios para constituir una SRU desde cero (a su vez, los mismos para una SRL), con el añadido de que debes comunicar a la Seguridad Social del cambio en tu situación, ya sea modificando el registro en el RETA, o dándote de baja como autónomo.
De forma resumida, estos son los pasos para constituir una SLU:
- Tramitar el Certificado negativo de denominación social.
- Solicitar el Número de Identificación Fiscal (NIF) provisional a la Agencia Tributaria.
- Abrir una cuenta bancaria de empresa y depositar el capital social inicial.
- Obtener un justificante del capital social depositado en la cuenta bancaria de la empresa.
- Redactar la escritura de constitución de la sociedad, incluidos los estatutos sociales.
- Firmar la escritura pública de constitución ante un notario.
- Realizar la inscripción en el Registro Mercantil Central.
- Notificar el inicio de actividad mediante la declaración censal (modelo 036).
- Darte de alta en el Impuesto de actividades económicas (IAE).
- Obtener el NIF definitivo de la sociedad.
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Preguntas frecuentes sobre ser autónomo o SLU
¿Cuándo es conveniente pasar de autónomo a SLU?
Hay varios factores que te pueden indicar que es hora de dejar de ser autónomo para pasar a constituir una Sociedad Limitada Unipersonal; por ejemplo:
- Si tus ingresos anuales superan los 40.000 €, y piensas que seguirán aumentando en los próximos años.
- Si quieres proteger tu patrimonio particular de las obligaciones y deudas que puedas contraer en la gestión de tu negocio.
- Si vas a expandir el alcance de tu negocio y anticipas la necesidad de implementar una estructura administrativa más compleja.
- Si planeas incorporar socios a tu negocio en el futuro.
¿Puedo incorporar socios a una SLU?
Al incorporar socios en tu empresa, esta dejará de ser una SLU para pasar a ser una SRL; para formalizar este cambio deberás redactar una nueva escritura de constitución en la que integres a los nuevos socios, detallando aspectos clave como su rol en la organización, la distribución de las participaciones de la sociedad, etc. Esta nueva escritura pública debe firmarse ante notario e inscribirse en el Registro Mercantil Central. En otras palabras, deberás constituir una nueva sociedad, al menos en lo que respecta a la Agencia Tributaria y el Registro Mercantil Central.
¿Necesito montar una SLU para gestionar un ecommerce?
No, no necesitas constituir una sociedad mercantil para poder montar y gestionar un ecommerce; de hecho, la amplia mayoría de las tiendas online son gestionadas por trabajadores autónomos.