Las organizaciones sin ánimo de lucro y las empresas con ánimo de lucro son tipos de entidades distintas, con diferentes tratamientos fiscales, normas de gobernanza y objetivos. Cada una responde a propósitos, estructuras y regulaciones distintas, desde la generación de beneficios para sus socios hasta la búsqueda de un impacto social o comunitario.
Si estás pensando en lanzarte con un proyecto en España, lo primero que tienes que tener claro es qué quieres lograr: ¿montar algo para ayudar a la comunidad o para ganar dinero (o un poco de ambas cosas)?
No cabe duda de que la burocracia española puede ser un obstáculo, pero esta guía te ayudará a prepararte para sortearla. Descubre las diferencias clave entre ambos modelos y una guía práctica para decidir cuál es la estructura ideal para tu iniciativa en España.
¿Qué es una organización sin ánimo de lucro?
Las organizaciones sin ánimo de lucro existen para algo más que sobrevivir económicamente: tienen una misión social en el centro de todo lo que hacen, están diseñadas para promover una causa social o proporcionar un beneficio de interés general, como la educación, la caridad, la investigación o el bienestar de los animales.
Si diriges una organización sin ánimo de lucro, obtienes beneficios fiscales como exenciones del impuesto sobre la renta, el impuesto sobre bienes inmuebles y, a veces, el impuesto sobre ventas. A cambio, tienes que ser transparente sobre cómo se gasta tu dinero.
Por ejemplo, organizaciones como Cruz Roja Española, que apoya la asistencia humanitaria, o Fundación ONCE, enfocada en la inclusión social, destinan todos sus beneficios a cumplir su misión social sin repartirlos entre socios.
Las organizaciones sin ánimo de lucro pueden adoptar diversas formas jurídicas, como fundaciones, asociaciones, cooperativas de iniciativa social o entidades religiosas, entre otras.
En España, estas asociaciones están reguladas principalmente por la Ley Orgánica 1/2002 (en el caso de asociaciones) y la Ley 50/2002 (para las fundaciones). Aunque pueden funcionar de forma similar a una empresa en aspectos como la gestión financiera, la captación de fondos o la organización del trabajo, su razón de ser no es generar lucro privado, sino el interés general.
¿Qué es una empresa con ánimo de lucro?
Una empresa con ánimo de lucro existe para ganar dinero. Ese es su principal objetivo, ya sea dedicándose a vender productos online, ofreciendo servicios o desarrollando soluciones que respondan a una necesidad del mercado. Los beneficios no solo revierten en la empresa. También pueden ir a parar a los propietarios, accionistas o inversores como recompensa por su inversión y esfuerzo.
La mayoría de los ecommerce, como Ecoalf o Meller, entran en esta categoría. Abrir una tienda online, vender al por mayor y vender en marketplaces se consideran empresas con ánimo de lucro.
Las entidades con ánimo de lucro pagan impuestos sobre sus beneficios y son propiedad de particulares o accionistas que se benefician de ellos. Los propietarios pueden utilizar los beneficios como ingresos personales o reinvertirlos en la empresa para su crecimiento.
Organizaciones sin ánimo de lucro vs. con ánimo de lucro
En España, la principal diferencia entre una organización sin ánimo de lucro y una con ánimo de lucro reside en su finalidad y uso de los beneficios. Las primeras existen para cumplir una misión social, cultural, educativa o similar, mientras que las segundas buscan generar beneficios económicos para sus socios o accionistas. A continuación encontrarás una comparativa detallada entre ambos tipos de organizaciones.
Propósito y misión
¿En qué se diferencian?
La diferencia fundamental está en su misión.
Una entidad sin ánimo de lucro se crea con el objetivo de promover una causa social, cultural, educativa, científica o similar. Su finalidad es servir al interés general, y por ley no puede repartir beneficios entre sus miembros, fundadores o accionistas.
En cambio, una entidad con ánimo de lucro tiene como objetivo generar beneficios económicos para sus propietarios, socios o accionistas. Aunque pueda prestar servicios útiles a la sociedad, su finalidad principal es la rentabilidad.
¿En qué se parecen?
Ambos tipos de organización deben ofrecer algo de valor: ya sea un producto, un servicio o una actividad relevante para su público objetivo. Si no aportan valor real, no pueden sostenerse en el tiempo.
Responsabilidad legal
¿En qué se diferencian?
Tanto las entidades sin ánimo de lucro como las empresas con ánimo de lucro adoptan formas jurídicas que las conviertan en sujetos independientes a nivel legal. Por ejemplo, una asociación o fundación registrada tiene personalidad jurídica propia, igual que una sociedad de responsabilidad limitada (SRL).
La diferencia está en quién asume la responsabilidad legal.
En las empresas con ánimo de lucro, los socios o accionistas son propietarios, y su responsabilidad está limitada al capital aportado. Los socios no arriesgan su dinero personal, salvo en casos graves como fraude.
En comparación, para las entidades sin ánimo de lucro, la responsabilidad recae principalmente sobre las personas que ocupan cargos de gestión. Si actúan de forma negligente o incumplen obligaciones legales o estatutarias, podrían incurrir en responsabilidades personales, incluso sin que haya habido ánimo de lucro.
¿En qué se parecen?
Tanto las organizaciones con ánimo de lucro como las sin ánimo de lucro deben cumplir con sus obligaciones legales, contables y fiscales. Si no lo hacen, la protección de responsabilidad puede perderse, y los gestores pueden llegar a responder con su patrimonio personal.
Tratamiento fiscal
¿En qué se diferencian?
Las entidades sin ánimo de lucro que cumplen con la Ley 49/2002 disfrutan de exenciones fiscales parciales o totales. Además, las donaciones que reciben pueden dar derecho a deducciones fiscales para el donante.
Las empresas con ánimo de lucro no tienen el lujo de estar exentas de impuestos. Deben tributar plenamente por los beneficios obtenidos. Pagan el Impuesto de Sociedades, el IVA, el IAE y otros impuestos según su actividad y ubicación.
Por ejemplo, una fundación educativa puede estar exenta del IVA en actividades relacionadas con la enseñanza, mientras que una tienda online paga el 21 % de IVA en sus ventas.
¿En qué se parecen?
Todas las organizaciones están sujetas a algún tipo de fiscalidad. Lo que cambia es el régimen aplicable y el tipo de ingresos que se consideran exentos o no. Tanto las organizaciones sin ánimo de lucro como las empresas con ánimo de lucro deben llevar contabilidad y cumplir con sus obligaciones fiscales según su naturaleza.
Ingresos
¿En qué se diferencian?
Las organizaciones sin ánimo de lucro funcionan para maximizar los ingresos de las causas que apoyan. Pueden generar ingresos, ya sea a través de cuotas, servicios, subvenciones, ventas o eventos, pero no pueden repartir excedentes. Todo el dinero debe reinvertirse en la entidad.
Las empresas con ánimo de lucro, por el contrario, tienen la misión de generar beneficios y pueden repartir dividendos o utilizar esos fondos libremente para crecimiento, retribuciones u otras finalidades privadas.
¿En qué se parecen?
Ambas organizaciones necesitan obtener ingresos para cubrir gastos y operar de forma sostenible. Y ambas suelen hacerlo ofreciendo productos, servicios o actividades que generan valor.
Personal
¿En qué se diferencian?
Aunque las organizaciones sin ánimo de lucro pueden tener personal remunerado (incluido un presidente o director general), suelen estar llevadas por voluntarios. Los salarios de las organizaciones sin ánimo de lucro suelen ser más bajos que los de las organizaciones con ánimo de lucro porque el objetivo es utilizar los recursos para el bien público.
Las empresas con ánimo de lucro tienen empleados al igual que las organizaciones sin ánimo de lucro, pero la principal diferencia es que su objetivo es generar beneficios para los propietarios y accionistas. A menudo pueden ofrecer salarios más altos, bonificaciones y opciones sobre acciones para atraer y retener a los talentos.
¿En qué se parecen?
Todas las organizaciones dependen de los empleados (o, más exactamente, de las personas), pero en las organizaciones sin ánimo de lucro el trabajo está motivado por la misión con una remuneración potencialmente más baja, mientras que las organizaciones con ánimo de lucro deben contar con una mayor flexibilidad financiera para ofrecer una remuneración más alta.
Cambio de forma jurídica
Es posible transformar una organización sin ánimo de lucro y convertirla en una empresa con ánimo de lucro, o viceversa. Aunque el proceso no es sencillo, especialmente dadas las complicaciones burocráticas asociadas, puedes llevar a cabo este tipo de transformación cumpliendo ciertas condiciones.
De una entidad sin ánimo de lucro a una con ánimo de lucro
Transformar una asociación o fundación sin ánimo de lucro en una sociedad con ánimo de lucro no es un procedimiento directo. En general, implica la disolución formal de la entidad original y la constitución de una nueva sociedad con ánimo de lucro.
Sigue estos pasos para transformar tu negocio:
- Cierra la entidad: Justifica legalmente la disolución de la entidad original ante el registro correspondiente.
- Liquida los activos: Paga deudas y destina los bienes sobrantes a otra entidad sin ánimo de lucro, como exige la ley.
- Crea una nueva empresa: Constituye una sociedad (por ejemplo, S.L. o S.A.) completamente independiente.
De una empresa con ánimo de lucro a una sin ánimo de lucro
Convertir una empresa con ánimo de lucro en una entidad sin ánimo de lucro, es un poco más complicado que a la inversa. El objetivo es evitar que empresas con ánimo de lucro cambien a sin ánimo de lucro con el objetivo de beneficiarse de las exenciones fiscales.
Para llevar a cabo esa transformación deberás:
- Cerrar la empresa: Liquida sus activos y cumple con todas las obligaciones fiscales y legales pendientes.
- Redactar un plan de negocio: Establece unos estatutos claros, incluyendo una declaración de misión de interés general (como la promoción de la educación, la cultura, la inclusión social, etc.).
- Constituir una nueva entidad sin ánimo de lucro: Puede ser una asociación o una fundación, según los fines y estructura deseados.
- Registrar la nueva organización en la administración correspondiente: Puedes hacerlo en el Registro Nacional de Asociaciones o el Registro de Fundaciones. Este trámite puede tardar entre 3 y 6 meses dependiendo de la comunidad autónoma en la que lo hagas y la complejidad del trámite. (Asegúrate de presentar toda la documentación requerida para agilizar el proceso.)
- Solicitar la declaración de utilidad pública o la inscripción como entidad exenta (opcional): Esto implica una revisión por parte de la administración pública. Hacienda revisará con lupa cada parte de tu propuesta. Si no encaja perfectamente en su idea de “entidad de interés general”, desestimarán la solicitud.
¿Qué modelo deberías elegir para tu proyecto?
Elegir entre, constituir una entidad con o sin ánimo de lucro depende completamente de tus objetivos y valores. Afortunadamente, en ambos casos es posible empezar con poco dinero o incluso sin capital inicial.
Si tu principal objetivo es generar un impacto positivo en la sociedad a través de la educación, la cultura, la investigación, la acción social u otras causas similares, lo más adecuado es crear una organización sin ánimo de lucro. Estas entidades están diseñadas para servir al interés general y pueden beneficiarse de ventajas fiscales, como exenciones en el impuesto de sociedades o en el IVA.
A cambio, tendrás obligaciones estrictas: no podrás repartir beneficios, deberás reinvertir los excedentes en tu actividad y deberás someterte a controles de transparencia y buen gobierno. Además, los sueldos, incluidos los de la dirección, deben ser proporcionales a su función y limitados por la normativa aplicable.
Por otro lado, si tu objetivo es montar un negocio, generar ingresos y desarrollar una empresa que te permita obtener beneficios personales, por ejemplo, una tienda online o una empresa de servicios, entonces deberás optar por una organización con ánimo de lucro. Este modelo te da la máxima libertad en la gestión financiera y en la retribución, pero también implica asumir todas las obligaciones fiscales.
Una vez que hayas decidido qué modelo encaja mejor con tu proyecto, no olvides realizar los pasos necesarios: registrar tu entidad en el registro correspondiente, obtener licencias o autorizaciones si son necesarias, elegir un nombre, y elaborar un plan de negocio.
Preguntas frecuentes sobre organizaciones con ánimo de lucro vs. sin ánimo de lucro
¿Las organizaciones sin ánimo de lucro están exentas de impuestos?
Las organizaciones que cumplen con los requisitos legales y se dedican exclusivamente a fines benéficos, educativos, científicos o sociales pueden estar exentas del impuesto de sociedades, del impuesto sobre bienes inmuebles y, en algunos casos, del IVA.
¿Cuáles son las desventajas de una organización sin ánimo de lucro?
Para conservar sus beneficios fiscales, las organizaciones sin ánimo de lucro solo pueden llevar a cabo actividades estrictamente relacionadas con su misión social. Además, los ingresos que generan deben reinvertirse íntegramente en el mantenimiento y desarrollo de la organización, sin poder repartirse entre sus miembros o fundadores.
¿Es más fácil gestionar una organización sin ánimo de lucro o una con ánimo de lucro?
Depende de tus objetivos. Gestionar una empresa con ánimo de lucro suele ser más sencillo desde el punto de vista financiero, ya que la estructura es más directa y con menos regulaciones. En cambio, las organizaciones sin ánimo de lucro se enfrentan a requisitos legales y de transparencia más estrictos, lo que puede hacer que su gestión sea más compleja. Aunque ambas tienen sus desafíos, las empresas con ánimo de lucro tienen más flexibilidad y menos obligaciones normativas.
¿Recibe salario un director o gerente en una organización sin ánimo de lucro?
Sí, el director de una organización sin ánimo de lucro suele recibir un salario acorde a sus responsabilidades. Sin embargo, no puede recibir participación en los beneficios, ya que estos deben reinvertirse en la propia organización.